Durante estos días en el Sena, mis compañeros y yo hemos pasado por un proceso de adaptación, en especial lo que se refiere al cambio de horario en el sueño. Los días martes, miércoles, jueves luchas para no dormirte; sobre todo cuando el reloj marca las 4:30 de la madrugada. Es curioso cómo el cuerpo al saber que llega el amanecer lo relaciona con tu falta de descanso, en lugar de sentirlo a la una o dos de la mañana.
En los días restantes de la semana, tu organismo resultado casi alterado, despertándote en ocasiones a las dos o cuatro de la mañana. Quedas encendido literalmente, como un bombillo, y así desees conciliar de nuevo el sueño, resulta difícil. Aunque sabes que has obtenido el descanso suficiente, tal vez horas después tus ojos quieran cerrarse y encuentres el momento adecuado para lograrlo.
Han sido días interesantes, en los cuales has aprendido a manejar el horario, se te han dado charlas informativas al respecto. Al igual que has visto lo especial del reto al cual te enfrentas, aparte de cambiar tus hábitos de vida, tienes la oportunidad de aprender cosas nuevas, que te servirán para formarte como persona, seguir una carrera que te gusta; conocer gente de distintos temperamentos, formas de pensar, sentir y actuar.
Una de las cosas más importantes, es volver a sentir ese sentido de pertenencia que alguna vez te enseñaron en el colegio, en está ocasión lo renuevas al entrar en una institución, con tantos años de trayectoria. Siempre preocupada por generar conocimiento, crear empresa y formar al ser humano de una manera integral y sólida en corto tiempo. Espero que todos los nuevos aprendices que entramos el 23 de enero culminemos con éxito, este proyecto que nos hemos trazado, esta oportunidad dada y esperada por la mayoría.
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